Por Libia Irene Mora Mora, Abogado especializada en sector inmobiliario.
El Sector Inmobiliario venezolano – Yo soy de Maracay
Desde hace algún tiempo venimos observando cómo el Sector Inmobiliario ha sido puesto a prueba por todo tipo de leyes, decretos y regulaciones emanadas de los diferentes entes gubernamentales, con legitimidad o sin ella, sin embargo, pese a las múltiples presiones el sector ha logrado sobrevivir, más que por el compromiso y la gallardía de quienes hacen vida en él (ambos entregados y manifestados al límite), porque el sector forma parte de un engranaje que termina afectando toda la cotidianidad nacional no solo en lo económico, financiero, comercial , laboral sino en lo social; y es eso, precisamente, lo que ha hecho que, aún cuando la mayoría de los esfuerzos van dirigidos al exterminio, el sector haya logrado sortear muchos de los escollos y siga vivo, debilitado sí, pero vivo. Ahora bien, ¿podrá el sector seguir vivo mucho tiempo más? ¿Será posible que se retomen las conversaciones para poder adecuar ciertos instrumentos legales que, a todas luces, son desproporcionados y que han paralizado algunas operaciones? ¿Será factible que deje de pesar sobre nosotros la espada de Damocles de la expropiación en virtud que todos los instrumentos legales que nos rigen establecen o declaran la utilidad pública? ¿Podremos en algún momento ser vistos como un sector de suma importancia en la vida nacional o seguiremos siendo catalogados como delincuentes, especuladores y estafadores? No se trata de evadir responsabilidades, ni de decir que no hayan podido existir errores o excesos o de solidarizarse automáticamente con quienes hayan podido incurrir en delitos o faltas por el solo hecho de ser parte del sector inmobiliario, lo que se haya hecho mal debe corregirse, lo que se pueda mejorar debe hacerse, los excesos no deben cometerse y quien, en definitiva, haya actuado mal debe pagar por lo que hizo, sin embargo, las leyes no pueden hacerse partiendo de la base que todo el sector es especulador, estafador o delincuente o que todos los arrendatarios, compradores, administrados son las víctimas, las leyes deben hacerse de manera general, para regir situaciones, hechos y comportamientos de los cuales derivan consecuencias no sobre premisas subjetivas o por conveniencia política. El exceso de una parte no debe compensarse con el exceso de la otra o peor aún con el exceso del Estado ya que esto trae como consecuencia, inevitable, la paralización, la incertidumbre, la escasez y la anarquía. Debe hacerse un esfuerzo por procurar la equidad en las relaciones inmobiliarias, debe buscarse el equilibrio entre las partes y no debe seguirse trasladando las consecuencias de la incompetencia y el incumplimiento del sector público a los particulares.
EL Sector inmobiliario genera empleo directo e indirecto, tanto cuando está en la fase de construcción y promoción como cuando ya los inmuebles han sido entregados a sus propietarios o dados en arrendamiento, pues cada local que se alquila es una unidad de producción de bienes y servicios que requiere inversión y recurso humano, cada vivienda entregada requiere una adecuación que, igualmente, utiliza recurso humano, pero por sobre todo el sector inmobiliario coadyuva en el sueño de todos los venezolanos de tener una vivienda digna y propia. El Sector Inmobiliario es un gran motor de la economía nacional y un gran motor de la evolución social de nuestro país.
Gobierno y Gremio debemos remar juntos, sin etiquetas, mejorando lo que se deba mejorar y cambiando las Leyes que se deban cambiar, nada hacemos con una Ley que permita a un arrendatario que incumpla permanecer en un inmueble indefinidamente si eso hace que otros venezolanos no puedan acceder a una vivienda, esa Ley deja de tener eficacia social, pues va contra los intereses de una mayoría que tiene necesidades básicas y fundamentales, como lo es la vivienda; Nada hacemos con una Ley que permita que un deudor hipotecario deje de pagar por una año su crédito si eso genera más trabas burocráticas para el otorgamiento de los mismos, excesos de requisitos y plazos; nada hacemos con una Ley de arrendamiento comercial que, en principio tiene muchos visos buenos, pero que se traduce en una Ley onerosa y de difícil aplicación para los pequeños propietarios y que ni el mismo estado sabe en definitiva como aplicarla, Sundee por una parte notarias por otra, ordenes y contraordenes.
El Sector Inmobiliario Nacional es fundamental para el desarrollo social y económico del País no lo dejemos morir!…