En el corazón de La Victoria, se alza un imponente edificio que parece haber sido extraído de un pasado de castillos y fortalezas: el Cuartel General Mariano Montilla. Esta estructura, considerada por muchos como el único castillo habitado en Venezuela, es mucho más que un cuartel militar; es un testigo silencioso de ambiciones políticas, revoluciones y expresiones culturales.

El cuartel fue bautizado en honor al General Mariano Montilla (1782-1851), un destacado líder militar durante la Guerra de Independencia de Venezuela y Colombia.
Este homenaje es un reconocimiento perenne a su legado, inmortalizado en las paredes de un edificio que ha resistido al tiempo y que hoy sigue en pie, cumpliendo una función tanto militar como cultural.

De fortaleza militar a centro cultural

En 1955, el Cuartel Montilla fue declarado Monumento Histórico Nacional, y con ello, su propósito comenzó a expandirse más allá del ámbito militar.
Sus salones se convirtieron en escenarios de exposiciones plásticas, conciertos y conferencias históricas. Figuras como Jesús Sevillano, Alfredo Sadel y Los Vasallos del Sol han dejado su huella en este lugar, consolidando al cuartel como un espacio de encuentro cultural en La Victoria.

Las raíces cabalísticas de Cipriano Castro

El Cuartel Montilla no solo es un monumento militar; es también un símbolo de la ambición de Cipriano Castro, quien a inicios del siglo XX buscó convertir a La Victoria en la capital de Venezuela.
En 1902, tras la victoria sobre la Revolución Libertadora, Castro elevó a La Victoria al rango de Ciudad Santa de la Restauración.
Desde el Hotel Victoria, Castro dirigió la nación, tomando decisiones cruciales y firmando decretos que definieron el destino del país. Fue precisamente esta conexión con La Victoria la que impulsó la construcción del Cuartel Montilla, una fortaleza concebida como un bastión para proteger a la ciudad que Castro consideraba su baluarte.

Un proyecto inconcluso que cobró vida

En 1906, Cipriano Castro firmó el decreto para la construcción del Cuartel Montilla, diseñado por el arquitecto Luis Mantelini con un presupuesto inicial de 300 mil bolívares.
La construcción avanzó rápidamente, pero en 1908, tras el derrocamiento de Castro, el proyecto fue paralizado por orden de Juan Vicente Gómez.

Sin embargo, el General Eleazar López Contreras, entonces Ministro de Guerra y Marina, mantuvo vivo el interés por el cuartel.
En 1928, trasladó a los cadetes de la disuelta Academia Militar al inacabado Cuartel Montilla, convirtiéndolo en un refugio temporal para los futuros oficiales del ejército.

Finalmente, en 1937, con López Contreras ya en la presidencia, se retomaron los trabajos de construcción. Mantelini fue llamado nuevamente para completar el diseño original, y el cuartel fue inaugurado oficialmente el 14 de julio de 1937, consolidándose como una fortaleza de dos plantas, con muros gruesos, pisos de mosaico y estructuras de piedra extraída del río Calanche.

Un castillo habitado y un crisol de cultura

Hoy, el Cuartel Montilla sigue en pie, no solo como un símbolo militar, sino como un espacio cultural que alberga exposiciones, conciertos y eventos históricos.
Sus muros guardan los ecos de soldados, artistas y presidentes, un crisol donde la historia militar y la cultura popular se entrelazan.

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