En el campus de la Universidad Central de Venezuela en Maracay, se esconde un verdadero santuario de la biodiversidad venezolana: el Museo del Instituto de Zoología Agrícola Francisco Fernández Yépez, conocido cariñosamente como MIZA.
Fundado en 1948, este museo es un tesoro científico y cultural, hogar de una de las colecciones entomológicas más importantes de Sudamérica.
Un homenaje a Francisco Fernández Yépez
El museo lleva el nombre de Francisco Fernández Yépez, pionero de la entomología en Venezuela y un apasionado investigador cuya visión y legado siguen vivos en cada rincón del MIZA.
Gracias a su labor, Maracay se convirtió en un centro de investigación científica de referencia mundial en el estudio de los insectos.
Un universo de insectos: 3.5 millones de especímenes
El MIZA alberga más de 3.5 millones de insectos, convirtiéndose en un archivo viviente de la biodiversidad.
Cada vitrina es una ventana a un mundo oculto, donde la belleza y complejidad de la vida se manifiestan en formas infinitas.
- Mariposas de alas translúcidas que parecen pintadas a mano.
- Escarabajos metálicos cuyos caparazones reflejan la luz como espejos diminutos.
- Mantis mimetizadas que se camuflan entre hojas y flores, pasando inadvertidas.
Cada especie cuenta una historia, y cada insecto preservado es un documento biológico invaluable que permite a los científicos estudiar la evolución, el comportamiento y la ecología de estos pequeños gigantes.
Un centro de investigación con alcance global
El MIZA no es solo un museo; es un centro de investigación de vanguardia donde científicos de todo el mundo se reúnen para estudiar la biodiversidad venezolana.
Sus instalaciones han sido escenario de importantes investigaciones científicas que han contribuido al conocimiento global sobre los insectos.
Gracias a la calidad de sus colecciones y al trabajo de sus investigadores, el MIZA ha establecido alianzas estratégicas con instituciones de renombre internacional, como el Smithsonian Institution y el British Museum, fortaleciendo la cooperación científica y el intercambio de conocimiento.
Educación y conciencia ambiental
Además de ser un centro de investigación, el MIZA cumple un rol fundamental en la educación ambiental.
Sus actividades educativas están diseñadas para fomentar el amor por la naturaleza, promoviendo la conservación de la biodiversidad a través de talleres, charlas y visitas guiadas.
Para los niños, el museo ofrece actividades interactivas que convierten a los insectos en protagonistas de historias fascinantes, despertando la curiosidad y sembrando la semilla de la conciencia ecológica en las nuevas generaciones.
Un museo vivo en el corazón de Maracay
El Museo del Instituto de Zoología Agrícola es un espacio donde la ciencia y la naturaleza se encuentran, donde cada insecto preservado es un universo por descubrir y donde cada visita es una aventura microscópica que nos recuerda la importancia de proteger nuestro entorno.
Visitar el MIZA es recorrer un viaje por el microcosmos, un encuentro cercano con especies que a simple vista pasan desapercibidas, pero que en este museo cobran vida, revelando sus secretos y mostrando la diversidad oculta del planeta.
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